La utilización del crédito en forma inapropiada a las necesidades financieras de la PyME, condiciona su crecimiento. (1º parte)
El crédito es una herramienta que acompaña el desarrollo de las empresas, ante la existencia de necesidades financieras producidas por un incremento en la actividad, y su inapropiada utilización o incorrecta aplicación condiciona la evolución favorable.
El empresario PyME es por naturaleza emprendedor, buscando siempre nuevos negocios o alternativas que generen mayores ventas y/o mejores resultados, pero con una realidad de falta de planificación o planificación cortoplacista. Es por ello que ante una necesidad financiera (mayor capital de trabajo y/o inversiones en activos fijos), procura la forma de poder encontrar una solución rápida, sin indagar todas las alternativas posibles, o en el peor de los casos, ante la premura, solo puede acceder a fuentes de financiación que solucionan su realidad inmediata.
Complementando la realidad descripta en el párrafo anterior, existe en algunas empresas un conocimiento parcial de las fuentes de financiamiento existente, y los instrumentos financieros o tipo de crédito que ellas proveen, y cuales de estos son más convenientes para dar respuesta a sus necesidades. Muchas veces se utilizan productos financieros tradicionales o más conocidos, sin profundizar si existen otros más convenientes, en función de la definición y costo del mismo.
Entendemos que esta realidad esta fuertemente influenciada por el grado de conocimiento que se tenga del tema, y del grado de profesionalidad a la hora de la toma de decisiones. Es por ello que definimos dos factores que determinan el inapropiado uso del crédito: el desconocimiento y la urgencia.
El conocimiento de las fuentes e instrumentos de financiación, conjuntamente con la toma de decisiones racionales, definiendo estas como las que surgen de un proceso profesional de análisis, no influenciadas por la urgencia o la dificultad de acceso al crédito, favorecen el desarrollo de las PyMEs.
La problemática de las PyMEs.
La crisis que enfrenta la PyME, derivada de las variables emergentes de la realidad económica nacional, siendo estas las más vulnerables. Por tal motivo se entiende que las dificultades de las PyMEs superan su realidad financiera, estimando conveniente enunciarlas, a saber:
- Inadecuadas estructuras financieras y escasos medios de financiación.
- Altos costos operativos, producto de estructuras organizativas no acordes con la realidad del negocio.
- Información de gestión insuficiente y estados contables que no expresan la real situación de la empresa.
- Dirección con visión de corto plazo.
- Productividad insuficiente, antigüedad de tecnología aplicada.
- Falta de políticas gubernamentales.
- Falta de planificación teniendo en cuenta mercados internacionales.
- Falta de administración de personal, atendiendo la alta rotación.
Las PyMEs y su realidad de acceso al crédito.
Si bien es escasa la información disponible de las Pymes en Argentina, en cuanto a la cuantía y diversidad, de distintos informes (Ieral, Observatorio Pyme, Fiel, CPCECABA, Ministerio de Economía, SEPYME, entre otras), surge que la estructura socioeconómica argentina está conformada básicamente por pequeñas y medianas empresas, ya que éstas suponen la mayoría de las actividades empresariales existentes, constituyendo un factor clave de estabilidad y competitividad. Su importante papel en materia de creación de riqueza y generación de empleo, su flexibilidad de adaptación a los cambios producidos por los ciclos económicos y su gran sensibilidad a los procesos de relanzamiento de la inversión, contrastan con las desventajas comparativas inherentes a su pequeña dimensión.
Existe un consenso generalizado en cuanto a la elaboración de políticas específicas de actuación dirigidas a lograr la creación, expansión y competitividad de las PyMEs, con el objetivo último de mantener el crecimiento del empleo e incrementar los niveles de producción y riqueza.
Uno de los problemas tradicionales y al mismo tiempo “llave” para alcanzar los objetivos perseguidos es la dificultad, en primer lugar, de acceso por parte de las PyMEs a la financiación, y en segundo lugar, de obtención de buenas condiciones, por la problemática adicional que históricamente las PyMEs han comportado para las fuentes de financiación debido a la elevada morosidad, y a los mayores costes de intermediación, en términos comparativos, que generan.
La PyME tiene una función decisiva en la creación de empleo, en la estabilidad social y en el dinamismo económico, pero también tiene dificultades de acceso a la financiación y a la información relativa a los mercados y a las tecnologías. Las PyMEs siguen experimentando dificultades tanto para obtener financiación como con los costes de la misma
La problemática financiera de la PyME se sitúa básicamente en los mayores costes de crédito bancario, las garantías solicitadas, la escasez de fuentes de financiación a largo plazo, la reticencia de las entidades de crédito a financiar proyectos de pequeña dimensión así como su exigua formación, información y gestión financiera. De lo anteriormente expuesto se deduce que la PyME tiene una clara problemática financiera que limita, entre otros factores, su creación, así como su capacidad de crecimiento y expansión.
El estudio de los problemas concretos que dificultan a las PyMEs su adecuada financiación debe enmarcarse en el proceso de profundos cambios que se están produciendo en el "negocio bancario" minorista en Argentina. Estos cambios se manifiestan en la extensión y diversificación de las operaciones de los principales bancos comerciales en distintas áreas, algunas de las cuales se desarrollan a través de sociedades vinculadas: inversión, seguros, turismo, actividades inmobiliarias, administración de planes de salud y pensión, recaudación de tributos, operaciones cambiarías, operaciones de comercio exterior, pago de nóminas salariales, agentes financieros de programas gubernamentales, mercado de capitales, privatización de empresas públicas, etc.
Sin embargo, existiría una situación de "desencuentro" entre las PyMEs y los bancos en relación a los objetivos perseguidos por cada uno. Así, por ejemplo, algunas entidades bancarias tienden a introducir en el mercado "productos bancarios no tradicionales" que combinan el aspecto crediticio con la oferta de otros conceptos: pago a proveedores, pago de sueldos, cash-management, reordenamiento administrativo, etc. La compra de estos productos por parte de las PyMEs enfrenta diversas restricciones que van desde el reducido tamaño de su negocio y escala de su movimiento financiero a barreras del empresario a cargo de la gestión de la firma. Por consiguiente, la profundización de este rediseño de los servicios bancarios requeriría, entre otros aspectos, de un replanteo de las "pautas culturales" de los oferentes y demandantes de esos servicios y operaciones bancarias, que en algunos casos se extienden a las características de la gestión de las firmas.
En ese contexto, está ampliamente reconocido en el ámbito nacional e internacional que la situación de restricción crediticia que enfrentan las PyMEs se vincula no sólo con la disponibilidad de recursos y productos crediticios y no crediticios ofrecidos por los bancos, sino también con las dificultades de acceder a ellos. Estos problemas de acceso de las PyMEs al mercado crediticio se derivan de las características de este segmento de firmas, de las modalidades de vinculación Banco-PyME, y del marco regulatorio nacional.
En ausencia de instrumentos orientados a solucionar en parte la problemática planteada, las entidades bancarias cumplen en mayor medida funciones de intermediación de operaciones puntuales de comercio exterior de las PyMEs, que de instituciones que forman parte de la red del negocio exportador y permiten potenciar su flujo. Las diferencias en la performance exportadora de las firmas PyMEs se sustenta así más en ventajas desarrolladas específicamente por las empresas, que en la incorporación de ventajas derivadas del sistema institucional financiero en el que están insertas. No obstante en los últimos años se ha avanzado favorablemente en este sentido.
En Argentina, la principal fuente de financiamiento utilizada por la empresa corresponde a los créditos bancarios, situación que genera una falsa impresión que en la medida que se desarrolle el sistema bancario, mejores serán las condiciones de financiamiento de las empresa. No caben dudas que este sistema es favorable para el acceso al crédito de las empresas, pero existen también otras fuentes de financiación que facilitaran y coadyuvaran al desarrollo de las empresas.
La realidad histórica del empresario PyME, y la cultura adquirida, generan un proceso contrario, ya que se han acostumbrado a manejarse en un contexto que ocultaba todas sus falencias y faltas de conocimiento (inflación, proteccionismo de Estado, bajo nivel de competitividad, negocio no orientado en satisfacer al cliente, etc.). Ante el contexto macroeconómico existente y la profundización de la globalización económica, se hace imprescindible revertir esta situación, resultando conveniente tener una mayor información sobre el funcionamiento de la empresa y sobre el contexto de su actividad, y siendo necesario encontrar las mejores herramientas que favorezcan su gestión.
Restricciones de acceso al crédito.
Las restricciones de acceso al crédito tienen varios conceptos que las originan, como ser restricciones operativas, estratégicas, económicas, financieras y legales, que limitan las posibilidades de acceso al crédito.
Entre las principales restricciones podemos enunciar:
- Falta de planificación y gestión operativa
- Desconocimiento de procedimientos y prácticas requeridas para acceder al crédito
- Elaboración de los estados contables con un criterio fiscal
- Segmento con antecedentes estadísticos de mayor morosidad
- Requerimiento de garantías por parte de los bancos
- Inició y finalización de las empresas en forma constante
- Acumulación de deudas fiscales y bancarias
- No definir claramente las necesidades a financiar
- Presentación de la información en forma restringida y asimétrica
- Restricciones de acceso al crédito por cuestiones macroeconómicas
- En algunos casos, no queda claro la titularidad de los activos utilizados por la PyME, ya que se encuentran en cabeza de los titulares y no de la empresa.
Necesidades de financiamiento.
Existe una diferenciación entre necesidades financieras producto de las operaciones habituales de una empresa, y las que se generan por el crecimiento de bienes productivos, destinados al crecimiento futuro de la operación. A las primeras las llamaremos “necesidades de financiamiento de capital de trabajo” y a las segundas “necesidades financieras de inversión”.
Debe tenerse en cuenta que el financiamiento solamente desempeña un papel de apoyo a la estrategia comercial, por lo cual el nivel o el tipo de endeudamiento de una empresa no puede analizarse si no es a la luz de tal estrategia, pero es imprescindible que el volumen, costo o estructura de los vencimientos del mismo no le reste flexibilidad operativa, ya porque la obliga a un cambio desacertado de la estrategia, ya porque le impide modificar la misma cuando las circunstancias lo requieran. Se trata de no atentar contra las utilidades de la empresa, o ahogar por un financiamiento inadecuado a las posibilidades de adaptación frente a condiciones adversas de cualquier origen, o crear un impedimento para aprovechar todas las favorables.
Es generalmente aceptada dentro del campo de las finanzas una regla empírica, de que ha de haber congruencia o afinidad entre el financiamiento y sus aplicaciones, y esto tiene una fuerte implicancia en el plazo. Por lo tanto los usos permanentes deberían estar financiados por recursos de largo plazo, incluyendo en ellos tanto el crédito como las propias aportaciones, mientras que las aplicaciones transitorias pueden cubrirse con pasivos de corto plazo.
Necesidades de financiamiento de capital de trabajo:
Estas necesidades se producen por financiar los conceptos referidos a capital de trabajo, capital corriente o fondo de maniobra. Son los fondos necesarios para poder atender las operaciones habituales del negocio.
El incremento de los ítems referidos a aumento de stocks y/o mayores plazos de cobro, o el pago puntual de un gasto (impuestos, sueldos, etc.), implicará un necesidad de financiamiento, que puede ser cubierta por aportes de socios, mayores plazos de proveedores, préstamos de terceros o devengamiento de pagos (por ejemplo impuestos), tal cual se profundizará con posterioridad.
Necesidades de financiamiento de Inversión:
Como ya expresáramos, estas necesidades están referidas al crecimiento de activos productivos, por medio de la incorporación de nuevas tecnologías o bienes de capital. Su forma de financiamiento debería estar dada por pasivos de largo plazo, acordes a la generación de caja de la empresa y a la duración del bien a incorporar. No obstante, el factor que más suele afectar el juicio del empresario PyME es el del “cortoplacismo”, ya que suele tener un parámetro de inversión más breve, con una visión de futuro menos amplia, cubriendo dichas necesidades con instrumentos financieros de corto plazo. Esto hace que muchas empresas, que no poseen planificación financiera, tomen financiaciones de corto plazo, que implicarán una pérdida del capital de trabajo a costa de inmovilizaciones que terminaran siendo improductivas.